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La lijadora vibratoria: para restaurar los zócalos podemos optar por separarlos de la pared y lijarlos cómodamente sobre un banco de trabajo, pero esta operación nos puede ser más complicada que lijarlos directamente con una lijadora orbital. Aunque el borde superior lo deberemos lijar a mano.
Eliminación del polvo: los zócalos serán la última pieza a pintar y a limpiar de una habitación ya que están muy expuestos al polvo y a la suciedad mientras duren los trabajos.
La protección: para pintar los zócalos sin peligro de manchar las paredes ni el suelo, colocaremos una cinta adhesiva en la pared justo por encima del zócalo, o sujetaremos una pantalla de protección con la mano que nos queda libre. El suelo lo cubriremos con una lona o plástico.
El lijado: una vez aplicada la capa de imprimación deberemos lijar los zócalos al igual que con todas las superficies de madera. Comprobaremos que las esquinas y demás ángulos coinciden perfectamente y en caso contrario, taparemos los huecos con pasta para madera.
Pintura o barniz: los zócalos están continuamente expuestos a golpes y rayadas (al pasar la aspiradora). Es por ello que deberemos escoger una pintura brillante o un barniz muy resistente aplicándolo con una brocha.